Puchero Criollo
Ingredientes:
Puerros 2
Cebolla de verdeo 2
Apio 6 o 7 tallos
Zanahoria 2
Papas medianas 4
Batata mediana 3
Calabaza pequeña de cuello largo 1
Choclo 3
Ossobuco 6 piezas
Sal gruesa
Garbanzos 1 lata
Aceite c/n
Procedimiento:
Cortar por el medio a lo largo los puerros y las cebollas de verdeo. Raspar el apio (sacar las barbas).
Pelar las papas, las zanahorias y las batatas.
También pela la calabaza y cortarla en rodajas.
Partir los choclos a la mitad.
Poner en una cacerola grande los puerros, las cebollas de verdeo, el apio, las zanahorias y agregarle abundante agua fría. Llevar al fuego.
Cuando rompa el hervor echar el ossobuco y un puñado de sal gruesa. Hervir por 30 minutos.
Incorporar las papas y las batatas. Hervir durante 7 minutos más.
Agregar la calabaza, los choclos, los garbanzos y otro puñado de sal gruesa. Seguir hirviendo hasta que las hortalizas estén cocidas al dente.
Retirar con espumadera la carne y las hortalizas. Servir en una fuente y rociar con aceite. Colar el caldo y servirlo en tazones.
Poner en una cacerola grande los puerros, las cebollas de verdeo, el apio, las zanahorias y agregarle abundante agua fría. Llevar al fuego.
Cuando rompa el hervor echar el ossobuco y un puñado de sal gruesa. Hervir por 30 minutos.
Incorporar las papas y las batatas. Hervir durante 7 minutos más.
Agregar la calabaza, los choclos, los garbanzos y otro puñado de sal gruesa. Seguir hirviendo hasta que las hortalizas estén cocidas al dente.
Retirar con espumadera la carne y las hortalizas. Servir en una fuente y rociar con aceite. Colar el caldo y servirlo en tazones.
Caldo:
Uno de los beneficios más importantes, es que al beber caldo antes del plato fuerte, no sólo estamos ingiriendo todos los nutrientes de los vegetales con lo que han sido preparadas, sino que nos van a ayudar en la sensación de llenura y saciedad, por lo que consumiremos menos del plato y fuerte, y así consumiremos menos calorías al día pudiendo controlar nuestro peso corporal de una manera sencilla
Legumbres, energía saludable para todas las edades:
En la historia de la humanidad, y muy especialmente en el área mediterránea, las legumbres han sido siempre claves por su riqueza nutritiva, sobre todo por su contenido proteico que, junto con los cereales de la dieta, suponían un aporte proteico de calidad cuando la carne y el pescado eran bienes escasos y mal distribuidos entre la población. Hoy siguen siendo importantes porque la ingesta total de proteínas debe incluir proteína vegetal.
Las legumbres son ricas en proteínas de carácter vegetal, hidratos de carbono, fibra, minerales y vitaminas. Tienen un valor calórico promedio de unas 300 calorías por cada 100 gramos y es precisamente este nivel de calorías lo que ha llevado a algunas personas a eliminarlas de su dieta. Sin embargo, esto es un grave error. El motivo: las legumbres tienen índices glucémicos bajos.
¿Qué tiene que ver una cosa con otra?
Índices Glucémicos.
¿Qué se comía hace tan sólo 50 años? Legumbres, lentejas, garbanzos, judías, guisantes..., cereales integrales, verduras y frutas. Hidratos de carbono o glúcidos complejos, que son y siguen siendo nuestra principal fuente de energía, junto con un porcentaje menor de lípidos (grasas) y proteínas de carácter animal (carne y pescado)
Todos estos glúcidos que acabamos de mencionar tienen una característica común: su bajo índice glucémico. Aquí está la clave. El páncreas de nuestros antepasados tenía poco trabajo con su función insulínica. Durante milenios la alimentación ha tenido una naturaleza glucemiante idéntica, pero desde mediados del s XX se ha producido un empeoramiento significativo de los hábitos alimenticios en los países occidentales.
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